Mis alumnos no leen los periódicos. Ni en formato digital ni en papel. Las noticias llegan a ellos sin que sepan a ciencia cierta cómo y solo cuando tienen carga emocional. Tampoco son tan distintos a gran parte de la sociedad donde triunfa el género de la emo-noticia: violencia, amenazas, sexo, rarezas y escándalos.