Conviene parar un rato a leer esta crónica de una conversación entre Jordi Pérez Colomé, periodista especializado en tecnología, y Sydney, la IA que Microsoft acaba de incorporar a su buscador Bing: «No estoy como una chota, Pedro Sánchez tiene barba«.
A diferencia de ChatGPT, que no se conecta a internet y sólo maneja información estática, los modelos que Microsoft y Google están presentando a toda prisa por miedo a perder no sé qué tren, son extensiones de sus respectivos buscadores. No tengo claro si las intenciones de ambas empresas son sustituir la experiencia actual (introduces un texto de búsqueda; recibes enlaces a varias webs con información sobre ese texto) por algo más elaborado e inmersivo (por ejemplo, que la IA elabore un resumen de la información que encuentra). Si es lo último, a la vista está que necesita algo más que unos retoques.
Aclaro que no sé cómo van a integrarse estas IA en los buscadores, pero sería muy preocupante que, en lugar de enviarnos a las fuentes de información (como hacen ahora) nos mantuvieran en un entorno en el que Sydney, Bard (la IA de Google) o cualquier otro bot degluten y elaboran la información. Principalmente porque si no conocemos las fuentes de información no podemos contrastarlas. Si encima lo hacen tan rematadamente mal…
Sydney está basada en ChatGPT. ChatGPT es muy eficaz en generar una conversación fluida y natural. Pero que el contenido de esa conversación sea fiable es otro cantar. Así que habrá que estar pendientes de hasta qué grado los grandes buscadores pretenden integrar estos nuevos algoritmos en la experiencia de usuario.
Actualización 18:51
Ted Chiang, escritor de ciencia ficción, escribe algo interesante sobre por qué los modelos de lenguaje como ChatGPT no son fuentes de información fiable: ChatGPT Is a Blurry JPG of the Web.