Desde que las IA tipo text-to-image generator empezaron a popularizarse a principios de año, muchos artistas (principalmente ilustradores) han protestado contra la facilidad con la que sus estilos pueden ser imitados.
Pasaré de puntillas sobre la fragilidad de una obra que consiste principalmente en un estilo, porque hay casos en los que el estilo verdaderamente aporta; también sobre que replicar la obra de otros es la manera como los artistas han aprendido desde siempre, porque la rapidez con la que lo hacen las IA sobrepasa la capacidad de aprendizaje de cualquiera.
Pero creo que hay que celebrar esta noticia: Científicos de la Universidad de Chicago desarrollan una herramienta para proteger a los artistas contra la imitación [de su estilo] mediante IA. El software en cuestión, llamado Glaze, añade a las imágenes pequeñas perturbaciones, inapreciables al ojo humano, que provocan errores en su interpretación por parte de las IAs. Un artista que quisiera publicar imágenes de sus obras en internet, pero evitar que acabasen convirtiéndose en training data, tendrían que editarlas previamente con Glaze, que se anuncia que será gratuita.
Me parece una buena noticia por dos razones:
- Que creo que el autor debe tener derecho a proteger su obra contra usos que podrían limitar su medio de vida.
- Que, si esta vía es eficaz, limitará la presión para ampliar el copyright a aspectos tan esquivos como el estilo. Eso sí que me parece un peligro mayor.
Así que les deseo toda la suerte.