Publicaré sólo dos o tres imágenes más y empezaré a darle vueltas a cómo integrarlas en Arqueología Imaginaria. Cuando surge una nueva adición a esa serie nunca lo hace de manera predeterminada, sabiendo de antemano qué forma adoptará. Más bien se inicia un diálogo con las imágenes que acaba empujando en alguna dirección, momento en el que hay que documentarse y tramar un relato medio plausible sobre esa dirección: quién podría ser el autor, en qué contexto podría haber surgido su obra. Por supuesto, en este caso ha influido además que el FCAT pidiese usar una de ellas, cosa que ha condicionado el desarrollo de la serie en las últimas semanas.
